domingo, 1 de agosto de 2021

Música profana

Bajé dos gastados escalones y tuve otra visión del Pasaje, estaba en el centro de la fila de casas grises. Algo me detuvo y provenía de la casa más próxima. Alcé la vista, porque me sentí convocado por una música sublime, un río desbordado que escapaba desde una ventana, danzando con el mismo vaivén de unas cortinas blancas, que parecían querer alcanzar la copa de una palmera. Me quedé mirando esa ventana, me sentía fascinado. Una mujer se asomó, detuvo el vaivén de las cortinas y se apoyó en el alféizar para mirar el cielo. Durante esa brevedad me sentí invadido por un sentimiento de belleza, de perfección única.